El rey, el frío, la casita de madera
Buenos Aires, 17 de septiembre de 2005
El frío casi siempre sorprende. Más aún a mediodía, en una fiesta al exterior. Dani se encoge en su chaqueta fina, pero no deja de ser un rey ni siquiera a plena luz del día. Durante ese asado, nos hacemos amigos de verdad, de verdad de la buena, amigos de muchos kilates y amigos Champions League, que no comparten cama pero sí muchos abrazos... la noche se escapa de la rutina, esquiva como casi siempre son las noches donde corre el alcohol y las drogas se esconden.
En el jardín, junto a la piscina vacía y los árboles iluminados, había una casita de madera pintada de colores. Un detalle importante, que no quiero olvidar, pero que es un recuerdo de esos ténues, que tienden a perderse si no se clavan bien con alfileres.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio