La vida es entre semana
Me gusta mantener las zapatillas de felpa negras justo donde él las dejó al descalzarse para ponerse las Tiger, el lunes por la mañana. Paralelas, justo en la esquina derecha de la cama. Las dejo quedarse ahí unos días, hasta que por fin las recojo y las meto en su cajón, el que contiene su ropa de fin de semana, su pijama de invierno, esas cosas. También dejo su toalla, oliendo a él, colgada en el baño, y duermo en su lado de la cama, con su almohada.
Esas pequeñas cosas (visuales, sensitivas) son las que me recuerdan, los martes, los miércoles y los jueves, que realmente estuvo aquí, y que por dura que sea la semana, tiene un final donde está él.
3 comentarios:
suave, un encanto
AAAAAAAAy Male!. Ya quiero que vengas y me lo presentes. Te mereces un señor así.
Vic: ¿Cómo??? ¿Le conoces? ;-)
Ginger: Ayyy, estoy tan contenta, Gin. Lástima de la distancia, por ahora. Pero un día te lo traigo.
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