Este insospechado verano
Estoy cansadita cuando esta mañana me despierto empapada entre mis sábanas azules, y la mañana riza sus bordes cristalinos, escurriéndose bajo la persiana. Es bastante temprano y ya me siento cansada por el calor (no es novedad, lo está todo el mundo en estas latitudes), perezosa y atribulada por unos sueños absurdamente reales que condicionan mi humor a primera hora.
Creo que necesito apagar el pc y sólo conectarlo cuando realmente me apetezca, para leer cosas bonitas o mirar fotos de instantes radiantes pasados. Me urge hacer un ratito de fotosíntesis cada día, cuando el sol aún no quema, y sentir con las plantas de los pies la arena de la playa, las baldosas de mi terraza, el césped del jardín. Estoy convencida: necesito una terapia de paz interior basada en poner la mente en blanco, respirar hondo, escuchar a Andresito y comer cosas buenas. Quiero sentarme en terracitas del centro a ver pasar los minutos tontamente, tomar mucho té frío, observar detenidamente objetos brillantes, mirar chicos guapos por la calle, leer de nuevo ese angustiante libro de relatos de David Means y reirme con las complicidades de la gente que quiero. Estas vacaciones quiero ver largamente a las chicas: a Ana con su increíble tripa creciente, a Alda con su devenir pausado. Acordarme de Marta, que estará en un pueblito perdido en Nicaragua llamado Palacahuina, viviendo cosas nuevas y durmiendo en una mosquitera impregnada monoplaza, pero que en caso de necesidad podría albergar a dos humanos delgados.
Creo firmemente que el verano merece que esté un poco por él, que pese a los cambios pueda prestarle la misma atención que cada año. Caminaré a paso lento mientras pienso en cosas que hace mucho que tenía olvidadas, trataré de pensar en como se orienta esta clase de nueva vida mía. Quiero gozar de la felicidad a cada instante, para prolongarla en el tiempo y conseguir a fuerza de voluntad que sea una constante. Confío en la posibilidad de inducirla.
NOTA FUNDAMENTAL DEL FINAL DEL POST: Hace algunos días, el rey me dijo que en 2006 se había abolido la república, y que finalmente viene en visita oficial a Barcelona. Me gusta mantener este ritmo de una visita al año, que no hace daño. Lo cierto es que me emociona considerablemente su visita. Espero que me traiga alfajores y dulce de leche.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio