Apatía dominical y lluviosa
Es domingo por la tarde y llueve finito: esa clase de cortina de agua casi imperceptible que tiñe la ciudad de plateado, volviendo el asfalto un espejo empañado, con un cielo gris y luminoso a la vez. Hoy es el día de la primavera en Barcelona, aunque haga más frío ahora que en pleno invierno, y esta mañana en el parque de la Ciutadella (ese con lago y barquitos, Dani) me han regalado una plantita con una flor de color naranja, un símbolo con tiesto y tierra de una estación que no toma partido, como ninguna últimamente. Hoy se está bien en casa, mientras las gotas repiquetean en el cristal, y me arrebujo en el sofá con el pijama de corazoncitos y el notebook, a escribir poquito a poco, sin saber muy bien qué palabras van a salir de esta sensación apática que tengo hoy. Sin embargo, las paredes amarillas me acogen como un nido tibio, abrazando con cuidado esta vulnerable piel mía que se deshace al menor roce: es un placer desconocido tener un poco de tiempo e invertirlo en un té caliente, una respiración calmada, un aprendizaje lento de mí misma. No quiero controlar nada, dejaré que los minutos y los actos fluyan y se acompasen por sí mismos, porque me agota por dentro y por fuera estar pendiente, avanzarme, esperar y desesperarme.
La belleza de las cosas me abruma. La ciudad se me cae encima este fin de semana, hubiera querido estar lejos. Los planes me salvan. La incertidumbre me mata. El no saber me desquicia. Suerte de la lluvia, que limpia las calles, renueva el color del cielo, nutre las cosas buenas. Igualito, igualito, que unas lágrimas bien lloradas.
Etiquetas: Introspecciones
9 comentarios:
pensé que te había dejado un comentario y veo que no :(
qué me pasó?
el domingo estuvo igual, acá, tan lluvioso que me hizo comer un montón. pero con disfrutet, esas sobremesas laaaargas y charlas bobas y profundas a la vez.
te dejo un beso grande, ya salió el sol en esa ciudad que adoro?
Sip. Pero a mi dejame que me moje la lluvia. Cuando lloro parezco un sapo.
Besos y confesiones.
Hola!
Es agradable leerte.
Saludos
te ví, allí, arrebujada.
Beso
te mando un abrazo, male. :D
(de a poco se viene el frío...)
De Lunes a viernes trabajo como una mona el día entero. Las mañanas de los sábados y de los domingos es el mismo cuento: más trabajo. Me paso los días rodeada de gente, poniendo buena cara, forzando la sonrisa, sobreactuando...
Ya no me acuerdo cuál fue el último día que me levanté de la cama a las 12 de la mañana y me quedé en casa, metida en el pijama, todo el día entero, sin que nadie me haya evaluado en 24 horas...
Yo también quiero que "los minutos y los actos fluyan y se acompasen por sí mismos"... Qué envidia
;-)
por donde anda?
como la la Doña Grip? (
pide alfajores?)
Mil días después, voy a responder comentarios... qué desastre de vida blogueril.
Vic: Hoy justo salió el sol, pero bah, ya sabes... siempre sabes. Alfajores, siiiiii!!
Dudita: No creo que muchas puedan llorar como esas heroínas de peli, con pestañas impecables. A las demás, se nos hinchan los ojos y la nariz nos moquea muy prosaicamente.
Sol: Permíteme que te diga lo mismo! Y gracias por venir.
Alex: Me ves, porque creo que te resulta fácil conectar con lo que escribo. A mí me pasa igual con tus textos, y es lindo.
Auxi: Una vez más, bienvenida! Seguro que tienes pronto un día de esos tuyos desde el primer minuto.
Zor! Suelo tener una semana al mes de dispersión y de desapariciones. Tiendo a volver, pero me encuentro esto medio abandonado...
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