Tras la mudanza viene la calma
Bueno, pues aquí estoy, más al sur. Sentada en un escritorio que me es aún nuevo, en una casa que supongo que un día sentiré como propia, pero en la que todavía me siento casi invitada. Es un cambio escogido, consciente, necesario, pero sin embargo, me sigue rodeando un tipo de nostalgia que desconocía, sin nombre y sin cimientos. Creo que iré a hablar con mi nuevo perro gigante, y hoy tampoco me pondré a limpiar.
NOTA: A todo esto, pudiera parecer que estoy triste. Nada que ver. Feliz con mayúsculas, porque puedo mirarle, tocarle y tenerle cada día, y el futuro cobra un nuevo significado.
Etiquetas: Introspecciones
6 comentarios:
no no, se la ve feliz, como saboreando de a poco, tal vez acomodándose.
que es eso del perro gigante???
donde es más al sur?
Uy, Zorgin, que alegría que venga usted por aquí! Siempre un placer recibirle. El sur, ahora el centro, respecto a Barcelona era Valencia, voy a tener que cambiar mi ubicación en la barrita lateral. Y el perro gigante es un pastor alemán de 40 kilos, peludo e hiperactivo, que estaba aquí antes que yo... Besotes
Me encanta esa felicidad melancólica que desprendes; conozco la sensación...y acaba convirtiéndose en felicidad exclusiva.
Felicidades por tu decisión ya consumada.
Besets!
Eps! Com va per la terreta? Ja et diuen "la catalana"?
Bsitos, q vaja bé
cada vez que inauguramos felicidades la felicidad vieja tiene que hacer espacio para que el cuerpo y el alma se acomoden
te deseo lo mejor :)
con respecto al título del post: te tomo la palabra ;)
y el mejor de los mejores deseos para las uvas y el brindis de este nuevo año, bonita. por este hogar!
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