Soy una líder de opinión de los entrepanes diarios
Lo soy, sin duda alguna. La conciencia me sobrevino de súbito esta mañana, en ese delicioso momento que se renueva chaque matin... cuando los gruñidos de algún estómago precoz mandan señales nerviosas al cerebro de su propietario y en el estudio entra en ebullición un deseo universal: bo-ca-di-llo, bo-ca-di-llo. Cada mañana llamamos a Vilardell, charcutería y panadería cercana y encargamos combinaciones diversas de embutidos y panes. Me avancé a los tiempos atreviéndome a profanar el sagrado ritual de l'entrepà de fuet, pidiendo sobrasada y queso para calentarlo en el microondas en un espectacular alarde de ingenio culinario matutino. Continué evolucionando en los logros gastronómicos cambiando sobrasada por lomo embuchado, en un esfuerzo mental que ampliaba los horizontes de los bocadillos calentables.
Y, aunque os de pena que acabe (o no), así acaba mi primer post de hoy, (nada que ver con lo que tenía planeado escribir, por otro lado) el microondas hace clinc y el cheese se derrite sobre el papel encerado... acaba el momento de autocomplacencia y comienza el de puro instinto de supervivencia. Ñam.
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