Un vestido de color salmón
Todavía no me he comprado una agenda 2006 para llenarla de inacabables listados de tareas pendientes, anotaciones al margen, recortes de periódico, citas citables y demás estupideces que llenan mi día. Y sin tener siquiera el cuaderno aún, ya sé cómo decoraré sus tapas. Este año, voy a llenar la agenda con fotos viejas de mi familia. Esa clase de fotos de bordes ondulados y diluido blanco y negro, tan, tan bonitas y que me resultan tan nostálgicas. Hace tiempo, hablé en un post de un vestido salmón que mi abuela recuerda con auténtico entusiasmo y todo lujo de detalles. Tenía 16 años (1947) y se hizo hacer este vestido, de seda, con el cuerpo bordado, manga japonesa y falda plisada. Además, fue a la peluquería a rizarse antes de ir al fotógrafo, porque la foto tenía que mandársela a su primo José, que estaba haciendo la mili en no-sé-dónde... genuino glamour de postguerra.
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