Tormentas Paradigmáticas

Aquellas perturbaciones que se ajustan a mi propia idea mental del concepto tormenta...

jueves, julio 19, 2007

Fracturas

Algunas veces las cosas se rompen en silencio, sin un enorme crash ni estrépitos de ninguna clase. No cómo una taza que cae del estante y se desgaja en mil pedazos sonoros, con una onda expansiva de desconcierto. Un cristal de la ventana amanece partido, quién sabe porqué, y nadie oyó cómo, ni cuándo, decidió aparecer esa grieta que lo atraviesa en diagonal. A veces, la gente, las situaciones, enferman durante tanto tiempo que la muerte llega sin ruido, transparente y sigilosa. Y nada se quiebra con un estallido, no supone un cambio, ni siquiera una tragedia. Las cosas se rompen poco a poco, y la fractura final es un adiós blandito, un desvanecimiento sutil, un último suspiro inaudible, casi un alivio. Intuyo que el dolor no desaparece por no aparecer de golpe, sólo se pospone, guardadito entre los pliegues sedosos de la normalidad, y gotea desordenadamente en los días, las mañanas, la memoria. Cualquier día el sufrimiento llega como una cuchillada. No, no tan feroz e intenso. Como una migraña: crónico, sordo y continuo. Porque a veces, los finales son sólo puntos finales. Y la vida sigue cicatrizando en el capítulo siguiente. Tanto que el final es fantasmagórico y fácil de pasar por alto: un papel impecablemente blanco marcado por la tinta negrísima de un signo tipográfico. Como éste.

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1 comentarios:

A las 20/7/07 15:53 , Blogger atandocabos ha dicho...

tu tinta es naranja, un color que pulsa, además de ser especial.
brindo por tu capítulo siguiente
beso enorme

 

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