Tormentas Paradigmáticas

Aquellas perturbaciones que se ajustan a mi propia idea mental del concepto tormenta...

lunes, noviembre 07, 2005

Continuo no lleva tilde

Esa clase de errores involuntarios (¿todos los errores lo son?) me acongojan. Me molesta releer un post y ver uno de esos lapsus teclae (no es linguae, ni boligrafi, sino teclae). Y ya está, hasta aquí el breve inciso con visos de disculpa.

Hoy me levanté perezosa y contenta. Un solo dedo gordo asomando bajo el edredón nórdico hizo las funciones de termómetro ambiental: coño, qué frío. Rayitos finos de sol se colaban por las ranuras de la persiana. El suelo estaba helado mientras tanteaba en busca de una babucha y el despertador amarillo nunca se cansa de sonar con ese ruído como de grúa. He dormido y soñado bien, de esa manera apacible y feliz que te hace amanecer con buen ánimo, aunque sea lunes. Creo que tengo el alma sosegada, creo que estoy desandando el camino del nerviosismo que hace semanas que seguía. Me da que regreso a mi estado natural, entusiasta y positivo a medida que el agobio abandona mi mente: parece que el riego sanguíneo llega a zonas de mi cerebro que últimamente sobrevivían poco irrigadas, más bien secas. Estoy prefiriendo al color verde por encima de otros tonos en los últimos días, cosa extraña, y me gusta el olor a limón que hay en mi casa. Hice feng-shui de armarios y cajones, lo que estabilizó mis pensamientos, y ahora rego las plantas casi cada día, a ver qué pasa. Me doy cuenta que tengo muchos zapatos y muchas bufandas, pero un solo par de guantes. Creo que necesito unas gafas de sol de invierno, pero es una compra que pospongo, por lo innecesario de esa necesidad autocreada. Este fin de semana pasado estuvo bien, con su equilibrio de ocio alcohólico, ocio simple, paseos, trabajo, exaltación de la amistad, comida hipercalórica y sueños agitados. Además, hizo bastante frío, lo que devuelve algo de normalidad a este imprevisible clima. Tengo como la sensación de que las aguas vuelven a su cauce, sea cual sea ese cauce.

2 comentarios:

A las 7/11/05 15:52 , Anonymous Anónimo ha dicho...

L'exaltació de l'amistat de l'últim dia de Fires va deixar-me un regust d'enyorança... Cent quilòmetres que a vegades es fan eterns, inabastables. Obstacles de més soparets de femmes, de festes etíl·liques amb Mr. Cuervo, de xerrades de tuppers, de compres compulsives, de nits de pijamets... Feu-me un lloquet a Barcelona, i la vida tindrà els colorets de l'arc de Sant Martí!!!

 
A las 7/11/05 15:57 , Blogger Malenita ha dicho...

Buaaaa, buaaaaa i buaaaaaa. Doncs sí, et fem un lloquet!!!

 

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