Vísceras y duditas
Mi miércoles ha sido, hasta el momento, exasperante, y eso que me levanté con una energía inusitada en una mitad de semana que está resultando espantosa (de trabajo, de dormir poco, de discusiones laborales muy tontas, de insatisfacciones pequeñas). He pasado gran parte del día tarareando una frase de Calamaro que he oído esta mañana de camino al trabajo: malditas despedidas, me están volviendo viejo. Me cuesta despedirme, me asustan los cambios, me aterran las pérdidas. A veces, consigo sobreponerme a las dudas y cierro las carpetas, los capítulos y las puertas abruptamente, de un golpe seco. No sé si es bueno o malo tener esos arranques de decisión, que nunca sabes si son erróneos o acertados. Qué mierda es ser tan visceral.
A pesar de las despedidas, que me abruman, como contrapartida esta temporada está siendo especialmente prolífica en reencuentros. Ayer reapareció Olga, que llevaba más de un año sin dar noticias, desaparecida en un mundo de vallas publicitarias y marquesinas de autobuses; el viernes volví a encontrar casualmente a Nickol en el super, de nuevo junto a los quesos, con su coleta de samurai; Estefanía me llamó a casa hace unos días, con su voz tan tierna contándome sus novedades a través del cable, no todas eran buenas; Federico está viviendo por fin en Barcelona después de laaarguísimos trámites, debería quedar con él para cenar uno de estos días. Me pregunto qué estará haciendo Luis en estos tiempos raros, y también sería bueno ver a Albert, y a Jordi, aunque fuera de refilón.
Como nota feliz de un día de mierda, anoto en la agenda que parece que la próxima semana cenaré de nuevo con las chicas, tal vez se avecina una de esas memorables ladies night, que cada vez y por desgracia, escasean más. No se van a poder creer que lleve el pelo tan, tan corto. Cortísimo, muy británico y un poco raro. A veces me precipito dejándome hacer...
6 comentarios:
despedidas y reencuentros, de eso se trata la vida, no? no te va tan mal, Male. Y el pelo corto te queda bárbaro.
Je, lo sé... me va bastante bien, solo era un rapto de autocompasión en un día que ha sido malito. No me viste con el pelo corto, pero gracias igual por el halago, bonita. ;)
Male, días de mierda tenemos todos. La diferencia está en que las personas que somos "vicerales" como decís vos, lo sentimos profundamente. De la misma forma vivimos los días maravillosos: con muchísima más intensidad que alguien medido y flemático.
Y sí. Creo firmemente que la felicidad se trata de eso: vivir intensamente los buenos momentos y tratar de minimizar la repercusión de los malos, aunque a veces cuesta, y mucho. Besotes grandes.
Che, las dudas no son tan jodidas. Más que cerrar puertas, las abren.
Muchos hablan de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante.
Besos sutiles
Je, y quién mejor que tú para hablar de lo apasionante de la Duda!!
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