Un vuelco el corazón
Imaginemos una corriente de aire en una habitación casi vacía y una puerta que se cierra con estrépito. Un portazo inmenso que desestabiliza el ambiente, que nadie se espera, que sobresalta hasta al más pintado, que eriza el vello de la nuca y para los latidos del corazón por un instante.
Era de noche, y en la calle fría no había puertas. Pero todas las del mundo se cerraron a la vez cuando él dobló la esquina con las manos en los bolsillos y los ojos más sonrientes que ella había visto jamás.
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