El gris continuo del asfalto
Sé que cualquier día, en la calle, el corazón se desatará de sus arterias y caerá, deteniendo sus latidos, como un rojo globo de agua, pesado y blando, a la acera. Se desparramará sobre las baldosas rugosas, la sangre caliente extendiendo su mancha espesa. Junto a sus pies salpicados y ya, por fin, indiferentes.