Tormentas Paradigmáticas

Aquellas perturbaciones que se ajustan a mi propia idea mental del concepto tormenta...

miércoles, enero 16, 2008

La joya de la corona

Aquella noche extraña, me quitó la ropa como quien abre un regalo, desplegando el envoltorio con cuidado, con los ojos brillantes por la emoción. La suya era una mirada llena de golosinas, de esas gominolas blanditas recubiertas de azúcar. "Desnúdame", le dije con voz susurrante y mirándole con una ternura inaudita. Lo hizo, con infinita suavidad, tirando del lazo de mi pijama y acariciando mi piel blanca, que se erizaba al paso de sus dedos. Y todo lo que pasó después, aquella catarata de emociones, está guardado. Lo puse en su lugar, con los pendientes, los broches y los anillos, con las otras joyas.

jueves, enero 10, 2008

Esta clase de vida extraña

Hace días que me viene a la memoria de repente aquella mujer loca que en el ferrocarril me vendió por dos euros la fotocopia de una acuarela con un gato amarillo y naranja, tan cándida y tan dulce y tan ida. Me pregunto qué habrá sido de ella, con aquella carpeta azul y aquel carro de la compra, al igual que pienso bastante en aquel anciano que se paseaba por las noches, muy tarde, por los bares y pubs de Gràcia vendiendo dibujos casi infantiles, se llamaba Eusebio. Lo sé porque tengo dos de sus dibujos colgados en mi estudio, hermosos de tan patéticos, y me da cosa tirarlos. A mi hermano y a mí aquella noche las lágrimas se nos escapaban, huyendo por las mejillas, y se nos amargó un poco aquella copa que hasta entonces había sido pura risa. Soy vulnerable a la compasión, a la tristeza. Soy frágil ante la desdicha, me conmueven cosas que a la gente no tanto. La gente. Ese concepto abstracto, y tan eficaz, tan aplicable y absurdo a la vez.

No sé por qué pienso eso estos días, cuando tengo tantas otras cosas en las que pensar. Voy a echar tanto de menos las cosas pasadas como recibiré con euforia las nuevas, lo sé. Pero mi vida cambia a un ritmo difícil de asumir, y lo que es peor, sin que yo parezca tener un especial protagonismo en esos cambios. Me pasan cosas, todo gira y se mueve a mi alrededor, latiendo. Me siento a mirar, expectante, espectadora, qué será lo siguiente en mutar.