El aeropuerto de Malpensa
* envejecía entre la neblina y la lluvia fina. Era de noche, hacía frío y me manché los dedos con la tinta negra indeleble de mi estilográfica roja, emborronando una página entera de la agenda con palabritas que no venían a cuento, que bullían en mí y que casi no se entienden, pero que no quiero perder.
(* i encertaràs. broma fácil y previsible)Tus ojos a veces me cuestan, me duelen, me pesan. El corro de la patata con tu mirada y la mía mirándose. cerrandolaspuertasabriendolacamaseparandomispiernas. Tus ojos locos, enfermos, traviesos, sosos, jugando a todos los antónimos, a los contrarios, a las mentiras, a los porqués más maniáticos, imposibles, odiados. Porque te quise y no te quise al mismo tiempo, simultaneando agrados. Traté de mirarte con todo al mismo tiempo, aprender los mecanismos, conocer los resortes, controlar las situaciones
*, para que mi mente decidiera y mi corazón sólo opinara. Me sentí como Ingrid Bergman, pero sin sombrero y con un sastre de esta temporada. Quise quererte, lo intenté. Sospeché. bebídemasiadobailésinritmopeguémicaderaalatuya.
dejéquemehicierascosquillas. Te deseé hasta en sueños. No es que te quiera, es que te quiero
**.
(*sin saber que no tenían control, nunca lo tienen)
(**para mí)NOTA:
Vic, queridísima, te copié los asteriscos. Me gustan más que mis notas al pie. Pero sólo por esta vez. Tienen tu copyright. :-p